jueves, 14 de julio de 2016

POETAS MUSICALES



Siempre es la misma línea,da igual que el pasajero vaya en metro,en tren o en autobús.
El día que pasé para ver qué había de nuevo en aquella casa ,que en su día perteneciera a un escritor nacido en Malta y a su mujer,Jhon Sinclair vociferaba poemas en inglés y  su guitarrista hacía esfuerzos por estar al unísono en el espectáculo.Los vocablos en un inglés alejado de Downton Abbey se fue mezclando antes con bourbon ,estoy convencida.Una barba estilo Nöel, engullía deseos y rutas por la América de otro tiempo, envueltas en lucha y revolución,serpenteado por el aroma a supervivencia y más aún,de ansiada libertad.
Todo esto,viajaba conmigo aquella tarde probablemente a la vez que en la línea maldita.
Un día,tengo la esperanza de que sea una cuestión científicamente probada, el hecho de que todos los rebeldes,los sublevados y los que nos hicieron vibrar en un sentido u otro, alejándonos de tanto convencionalismo...viajan en ese tren.
Lo que ya será más difícil de esclarecer,es si bien viajan en la especial línea  por comodidad, o porque los cuerdos no les dejan viajar en otro tren.
Allí están todos si vas mirando entre los vagones.
Saludan de un modo similar,o en un mismo tono,aunque cada cual con su sello de identidad.
El cowboy sideral de una canción(que imagino que es Bowie),los amigos del hombre orquesta que tengo frente a mí; y hasta puede que esté el mismísimo Lennon ,componiendo una canción. La que hizo para Sinclair ,o alguna que le separó para siempre de la Tierra y que no conocemos.
Ahora, soy yo la que está vagando por aquí ,pero ni preguntes el cómo,porque ni yo misma lo sé.
Empiezo encaminando mis pasos entre el sonido del saxo y el olor a tabaco y café.Me froto los ojos, pues no distingo ya lo real o soñado;y creo  tener visiones ,cuando Jack Lemmon me saluda.Porque,sí,yo también viajo en la línea seis,aunque no esté muerta...o aún no me he dado cuenta.Esto me hace estremecer y la piel se me eriza,lo cual me hace sentir bastante más viva que en mi día a día.

Pero...¿qué esperabas?¿qué fuera en la línea dos o en  la simple línea uno?
Todo esto deduzco que ha sucedido al escuchar al poeta que ha precedido a Sinclair, Pablo Cobollo.
Tiene una mezcla entre Fito y alguien más que todavía no atisbo en mi horizonte.Todo ha comenzado con tres cortos como menú degustación ,como si se tratase de platos de países distintos y exóticos,pero demasiado cotidianos para mi estómago.
Cada fotograma ha conseguido arañar mi alma;y cada bocado me adentraba en un mundo en el que no era tan extraña,lo cual indica que lo que hace es bueno o que cada día el globo de color rojo que perseguía,está más cerca de mí y menos por los mundos de Dios.
Me resulta fácil sucumbir a estas cosas que otros no entienden,me siento cerca de estas personas que transmiten su rabia,miedo y deseos con una guitarra,sólo con la voz o solapando letras del modo que a mí me gustaría.Lo único que quitaría,algunas imágenes que me han devuelto a la soledad de la pérdida,embutida en aroma a bata verde, antiséptica y sedante;al igual que  a parejas zombies en blanco y negro, que me han dejado la piel embarrada sin miel en los labios,pero sólo los destierro durante el mes de agua en el asfalto,Agosto,después sé que todo es un bálsamo para mis sentidos y para mi alma de celofán.

1 comentario:

  1. yo quisiera poder despertar en una ópera.... la oigo y la oigo pero no logro meterme en ella...
    besos de mucho calor

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