domingo, 22 de marzo de 2015

PIEDRAS EN EL PANTALÓN



La puerta se abre y subo a mi coche pero nada por dentro es como lo recordaba,de hecho está inusualmente limpio y ordenado.
Abro la ventanilla y el aire húmedo me devuelve a otro lugar del pensamiento,como en el coche una vez que el semáforo cambia de color sigo hacia delante,un rumbo.
Podría estar dando vueltas y más vueltas por la ciudad pero lo que de verdad necesitaría es no encontrar ni las calles ni las caras conocidas que son de color verde o pergamino.
Esa lluvia que apenas cala hace que se abran los paraguas y el olor a tierra mojada dibuja otro paisaje a la vez que va diluyendo el anterior.
Yo por mi parte continúo tratando de encontrar una dirección aunque se que hay cosas que no tienen retorno aunque cambie de rumbo,aunque escoja un atajo o vaya en sentdo contrario al habitual.
La tristeza va y viene como las notas de una canción y los semáforos languidecen como yo,porque sólo podemos r cambiando de color y a veces el rojo se nos hace pesado y en ámbar se manifiestan las indecisiones ,porque algunos sueños e ilusiones depende de la opción que elijas en esos pocos segundos.La vida es extraña,a veces te la comerías de un bocado y a veces es un plato de lentejas como las del comedor del colegio,con más piedras de las que quieres recordar.En momentos así sólo queda esperar y seguir buscando que vuelvan algunas cosas que se quedaron desperdigadas por no prestar atención.
Puede que algunas estén en la sección de objetos perdidos,en un vagón dela línea 1 del metro de Madrid...o quén sabe si algún mimo las encuentra junto al puerto de Barcelona o en las ramblas o en un aquél café de Cádiz de colores pastel y nombre de buena suerte.
Hoy el Equilibrio es imposibleno hay sitio para él,sólo espero que no se vaya con el resto de mis cosas y nunca hable de nosotros dos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario