SABROSO Y SUCULENTO

Volver a reír con un libro y que a la vez te transmita tantas cosas de una vida que parece que no fue mía y que descubro tan lejana y tan cercana a la vez a través de cada página de "Los besos no se gastan".Cuenta como si fuera un diario la visión de dos amigas de las de antes,de esas inseparables que tenían el mismo código insertado y que con mirarse ya sabían lo que pensaba la otra.
Ambientada esa preadolescencia en el Madrid de los años 70,donde algunas calles tenían otros nombres distintos a los que yo conocí,pero con un parecido a mis días felices que es una auténtica delicia.
Luego está esa magia que se crea capítulo tras capítulo intercalando esa época con el hoy de aquellas chicas que iban al Corte Inglés de "Generalísimo" a ver a los Pecos,convertidas en dos adultas y que por alguna razón como casi siempre ocurre dejaron de verse.
Un día ,porque dicen que nada sucede por casualidad y doña Casualidad es muy suya y unas veces es remaja y otras una pedazo de puta que alucinas,Eva y Lucía se reencuentran en un aeropuerto.
No sé si es una historia trillada,si es culebroniana o si esto no hay quien se lo crea,pero a mí que me han pasado cosas raras,raras...y que he tenido verdaderos encuentros en la tercera fase me lo estoy creyendo "muy mucho";y esto sumado a la forma en la que está contado y el humor de esta mujer tan genial está haciendo que por fin me coma un libro.
Porque lo cierto es que estaba algo rara y buscaba medicación posible para el síndrome de no ser capaz de terminar un libro en los últimos meses.Así que me meto otro rato en mi historia para huir del mundanal ruido.Así que si queréis algo, que sea importante y por favor habladme bajito,porque acabo de colgar el cartel de NO MOLESTAR.