lunes, 12 de mayo de 2014

LA VIDA ES UN CARNAVAL



Algunos recuerdos reposan, van dando lugar a otros momentos que se habían quedado escondidos. La memoria es caprichosa, a veces es fotográfica y en ocasiones tan efímera como una cerilla al arder , o como una hoja que se moja y emborrona la tinta de aquél papel escrito en caligrafía. La última foto que miré es brillante, la anterior está llena de rallas e imperfecciones que dan otro aire más grave a los rostros. No quería hablar de ello, no quería sacar el tema, pero me sentía tensa y realmente incómoda.
Ahora la caja se destapó en una calle de la judería y faltaron segundos para marcharme, pero me habría sentido peor. Al final tenía que ocurrir para que las cosas puedan seguir su curso, pero no me parece nada justo volvernos a ver y mantener el contacto, justo ahora que ella no está. Me gustaría contárselo a ella porque sería la única que podría comprender esta cantidad de sentimientos encontrados y que me está costando calibrar.
Mientras, yo paseo con pantalones cortos y una camiseta con mandalas y él va vestido formal; pero la gente no se da cuenta de que además de no pegar, guardamos cierto parecido (aunque me parezca más a mamá)por eso me produce una mezcla de risa e incomodidad el hecho de que la gente nos mire, o que alguien que desconoce que tiene una hija ,comente que le han visto con una chica alta y rubia. La verdad es que todo esto es muy extraño y me veo dividida entre dos mundos...el de la cabeza y el corazón, el mundo real y el que me hubiese gustado que fuera; pero te tocan ciertas situaciones con las que lidiar y la actitud marca la diferencia. 

2 comentarios:

  1. No hay opinión posible salvo la del que ya haya estado en ese lugar.

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    1. La verdad es que es complicado, pero tras lo vivido puedo decidir sin muchos miramientos, así que paso a paso y el tiempo me dirá si abrir la puerta después de tantos años fue positivo o no. De momento, día a día que es lo que tengo, besos!

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