jueves, 10 de abril de 2014

CANCIONES PARA EL TIEMPO Y LA DISTANCIA



Cada vez que salía de Madrid para recorrer los más de quinientos kilómetros hasta la costa tenía que llevarme a Modestia en el walkman.Así me apartaba de todo,me zambullía en la voz de pito de Fernando y me olvidaba un poco más de que aquél pueblo de mar se convertiría en un destino crucial en mis días.Salí una semana santa para no volver y como una premonición sonó en la radio el "Cómo te mueves"para despedirme de aquellos días de clases de baile y de patinaje plagados de sueños.
Los kilómetros se hicieron menos densos cuando paramos en esta ciudad para ver a unos amigos.No recuerdo lo que en mi memoria sonó pero me viene el "Show me heaven"de Maria McKee que anunciaba  nuevo comienzo con nuevas caras y otros amaneceres con luna y sin sol.
El recuerdo de mi amiga Silvia me lleva hacia bandas sonoras de películas como Bagdad Café y a otra versión del Because the night más discotequero, con el sello de Coro Feat and Taleesa.
Así ,siguieron unos  días de Navidades con mamá trabajando en la tienda y la llegada de los abuelos bajo un incesante Last Christmas recordando al chico de los ojos grises , botas camperas y aire insolente.
Mis zapatos de tacón resonaban por todo el Bahía Sur mientras le llevaba todos los "manchaítos"del mundo a mamá para que aguantara unas Navidades interminables entre vestidos de fiesta y tickets de comida para las dos en un lugar que fue nuestra segunda casa.Aquellos días los recuerdo con el sabor de los detalles de Navidad especiales y baratos y con la música de películas como Forrest Gump .
Esta banda sonora me acompañó en mi viaje hasta aquí junto con algún tema de La Chaqueta Metálica .
Llegamos sin apenas cajas, ellas irían llegando en unos días.
Recuerdo ese momento...abrir las cajas y ver todas las copas rotas, como un vestigio de la familia que ya no éramos;de nuevo ,Modestia aparte al son de "Copas rotas en el salón" , aunque en el aire no había olor a Chanel. Me pregunto qué fue de mi bici ,que se tuvo que quedar ;y mis alpargatas azules de pulsera.Pensé en cuál de las amigas de mi madre se había quedado con mis zapatos en un descuido entre prisas y despedidas.Quizás fue Yolanda,estoy convencida. Al menos mi colección de los libros de "Celia" llegó intacta.
 
Cuando llegué de nuevo a esta ciudad, el aire olía diferente a como lo recordaba.Me gustaron y disgustaron profesores  y profesoras a partes iguales.Odiaba el Latín y adoraba las clases de Inglés y al chico que las impartía.
Siempre con vaqueros y chaquetas de colores y unos enormes ojos claros y un sentido del humor que a algunos les molestaba y a mí me parecía genial.De nuevo, volvieron los olvidados Pet Shop Boys a esos días...que recuerdo más agrios que dulces y que marcaron el camino de unos días bastante más empinados de lo que me gustaría, aún así, quedan muchas canciones para continuar una historia o para describir una y mil vidas.

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