martes, 4 de febrero de 2014

NUDO MARINERO


Tengo un nudo que no me deja hacer nada coherente. A ratos no puedo parar, otros... sentada  con él, me fumo un cigarrillo y divago mientras miro el teléfono con la mirada expectante del que espera algo que se ha hecho eterno, tan sólo una llamada que cambiará el rumbo de mis días.
Porque existen días para estar, para pasar de puntillas o tan sólo para sostener tu existencia pasando sin pena ni gloria mientras esperas ansioso un nuevo sol.
Pero mi nudo es un poco especial, es muy suyo.Se  bebe el café que he preparado y se encoge de hombros tratando  que no me impaciente y me suma a la corriente slow. Luego ,seguro que le echaré de menos, porque así somos de especiales los seres pensantes.
Sé que pronto él se irá despacito y sin hacer ruido, aunque se adentró en mi universo como un ciclón. Para sellarlo todo como es debido,nos abrazaremos y nos despediremos sin aspavientos en un leve movimiento, como una brisa. Deduzco que lloraré, pero esta vez de ilusión, ante un nuevo abanico que se abre ante mí;aunque me venga la temida nostalgia y la culpa(prima hermana de Don Nudo)cuando vea que en su habitación no está o cuando corra más de la cuenta acostumbrada a ciertos horarios de comedor, de aseo y de enfermera sin tregua...Pero sólo, tan sólo el hecho casi palpable de acariciar un lunes cualquiera en el que me pueda perder  con total libertad por las calles de la ciudad ,suma puntos a todo y aún saluda con cautela a mi olvidada libertad.

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