PASAJEROS DE IDA Y VUELTA

Cuando vuelve a ilusionarte un disco como antes y al despertar no te agobia si llueve o hace sol y con la primera taza de café tarareas y bailoteas los temas camino a la cocina. Cuando dibujas con los dedos pequeñas siluetas e imaginas la forma y el color , las sombras, los contrastes... Y sonríes porque siempre ves a alguien que te araña o que te estorba. Pero sigues recorriendo tu casita de madera, tu pequeño universo cambiante, pero no ves lo que ya no está o lo que no salió como esperabas. Miras la estantería olvidada cubierta de polvo, y ves que el bambú ha crecido, miras más allá, y observas que el pequeño "ariscogato" te mira como si te comprendiera ,aunque no te dé la razón ni te la quite. Cuando aprecias esas cosas, hasta las que te fastidiaban,es que tu alma empieza a plancharse. Primero recurrimos al lavado y centrifugado y la tendimos al sol y ,aunque rara vez plancho, esta vez era necesario pues al fin y al cabo ella me lo pidió. Así que cogí vapor de cristal, polvo de estrellas y las esferas que me fueron quitando unos y otros...y yo misma, lancé la ira cuesta abajo y di las patadas, aunque sólo fuera con la cabeza a toda la gente fea ; y fue entonces, en ese preciso instante, pasajero efímero y que siempre llega cuando le da la real gana como casi todas las cosas, cuando todo volvió a la vida y el paisaje en color sepia fue poco a poco reobrando el color.