domingo, 11 de agosto de 2013

CUESTIONES DE FAMILIA

Al cerrar la puerta tras la venta de la casa ella sintió dos cosas, que dejaba los recuerdos de toda una vida y a la vez la liberación que supone un nuevo comienzo y el dejar tras de sí todas las desdichas y avatares de una vida normal, corriente...quizás como la de cualquiera hoy en día, aunque en cierto modo afortunada para los días que le tocó vivir. Perdió a su amor en la guerra y hasta una avanzada edad lo recordó, Andrés no era mi abuelo, era un chico rubio muy guapo del que supe hace no demasiados años. Quién sabe qué habría sido de ella y qué tipo de vida hubiera tenido. El abuelo era bastante mayor que ella pero aún así a pesar de que era un hombre algo celoso, gen que heredó mi tía materna pero multiplicado por otras terribles cualidades que nos separó hace años, pero con una bondad inmensa y una capacidad de ayuda a los demás y de lucha que borraba lo malo que pudiera tener. Eso sí, fumaba como un carretero y quemaba las camisas cuando se quedaba dormido en su sillón donde me enseñó a jugar a las cartas y con quien hacía mis primeras trampas , así que para mi abuela la mirada que yo le ofrecía era bien distinta. Se compraba sus propias camisas, tenía más de cuarenta pese a ser un hombre bastante ahorrador, y fregaba los platos siempre mientras canturreaba al son de Antonio Molina o alguno de la época con una voz que sorprendía a propios y extraños. Hoy sentada en el sofá ordeno, rompo, selecciono documentos de sus vidas que guardaba mi madre como heredera de cargas y alegrías. Hoy soy yo la que tiene los retales de sus vidas...de mamá con su preciosa letra delicada como ella, de Paco y de los abuelos. Hoy hago un repaso de todo, a ratos me alumbra el camino...otros el peso es tremendo. Mi árbol genealógico tan particular, pienso mientras sigo leyendo y rompiendo pedacitos de ahora y de hace muchos años. Para algunos la sangre es lo esencial, yo lo dudo, son los lazos que tejemos, el cariño, el afecto...eso es lo que importa. Curiosamente no hay nada de él entre todas estas reliquias y sonrío entre divertida y triste sabiendo que hace poco supe que estaba por aquí y no nos hemos vuelto a ver en la friolera línea temporal de ...¿diez años? Así es, papá, sabe Dios qué estarás haciendo con tu particular verborrea y esa labia con la que te traías a todas de calle mientras presumías de hija porque en aquél momento te convenía para tu traje. https://www.youtube.com/watch?feature=player_detailpage&v=2lgKU19N1i4

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