ESTÁTICOS
Llueve sobre mojado y nada puede cubrirme de esa lluvia que tiene sabor a barro y aroma a tierra mojada. Dejamos los zapatos abandonados en la alfombra y decidimos que si gritamos como antes en
el acantilado todos los miedos se irán de un solo plumazo. Escarbamos en la arena buscando la raíz para sentirnos menos alejados y al menos tener una toma de tierra que nos proteja de cualquier atisbo de electricidad no buscada ni programada.
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