viernes, 15 de marzo de 2013


PALOMAS MOJADAS



Al fin salió el sol y algunos de los nubarrones se fueron disipando. Hoy es un día de esos de tantos en los que el sol  apenas calienta  pero me obligo a pensar que me anuncia de alguna forma que todo lo bueno que queda por llegar está algo más cercano.A veces soy un barómetro y mis estados varían en función de las distintas presiones a las que está sometida la atmósfera.Hace unos días cuando acabé calada hasta los huesos en el Parque Colón y me regodeaba en mi desdicha y en mil y un pensamientos nada positivos, me sentí como ellas...como las palomas del parque;mojadas por el agua parecían indefensas y aún así conscientes o no de su realidad buscaban algo que comer y me rodearon en bandada,quizás porque ese día fuí una de ellas por un instante sin saber dónde cobijarme. Vagaba sin rumbo echando de menos tantas cosas,nada material,por supuesto.Nada que se pudiera comprar con dinero...las charlas y los enfados con mi madre, los primeros años de noviazgo sin complicaciones y los amigos ...que por las cartas que juega el destino fueron desapareciendo dejando ese nudo que comprime.Será...¿ el nudo que dicen que constriñe el mundo?Pues así me sentí en aquél instante en que no entendía nada ni a nadie...ni a mí,que era lo más frustrante.También cometí mis errores,pero uno empieza asumir que hay cosas inevitables y que la gente entra y desaparece de tu vida muchas veces sin más.Dejando un inmenso interrogante sin resolución alguna,dejando un eco enorme vacío y sin alternativa alguna.
Aún así,me gusta pensar que de alguna forma, aquellos años de magia estarán siempre ahí suspendidos en un tiempo preciado para mí,y que es mío y  no se puede borrar;y aunque a veces duela porque no se puede regresar ...está ahí,ocurrió y  fue para mí.
 Sigo adelante pero lo guardo,guardo esa caja en un altillo del armario para cuando pierda la esperanza,para recordar que si hubo bueno quizás volverá...aunque sea en otros rostros diferentes y aunque ya nada pueda ser como antes.
Y con un gin tonic y calcetines secos con mandalas de colores proseguí mi camino algo más acertado en busca de algo que me mantuviera ocupada.Sonreí  a las palomas y les di las gracias, ante la mirada atónita de los que pasaban .Mi maltrecho corazón se expandió consciente de todo lo que aún podía dar y poco a poco cada uno de los músculos y las fibras de mi cuerpo volvieron a ser normales y al entrar en calor dejaron de ser de tejido esponja...poroso por donde todo cala, y volví de nuevo a la vida sin grandes quehaceres ni pretensiones,pero dejé de sentir ese frío helador que en algunas ocasiones todavía me invade.

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